15 junio, 2020

HOMENAJE AL BRIGADIER GENERAL ESTANISLAO LOPEZ, CON MOTIVO DEL 182° ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO, OCURRIDO EL 15 DE JUNIO DE 1838.

Esta conmemoración no es un ejercicio estéril. Si bien es cierto que el paso del tiempo hace su trabajo de olvido inexorable, también es verdad que episodios destacados del devenir histórico, por su propia excepcionalidad y jerarquía, forman parte indeleble de la noble historia de los pueblos.


Hace 182 años, a la edad de 51 años, fallecía en su casa en la ciudad de Santa Fe, Estanislao López, gobernador de la Provincia de Santa Fe. Se trata de la figura política más importante de toda la historia provincial.
Nacido en 1786, vivió el convulsionado período que sucedió a la Revolución de Mayo y precedió a la organización constitucional del país.
Cabe tener presente que la Santa Fe que le tocó gobernar López era una pequeña y pobre provincia con escasa población nucleada en las localidades de Santa Fe, Coronda, San Lorenzo, Rosario y San José del Rincón. Estaba en permanente conflicto con pueblos originarios de avipones y mocovíes al norte de la ciudad de Santa Fe y amenazada por los ejércitos porteños en la frontera natural del arroyo del medio.
Acorde con las exigencias de su tiempo fue un destacado hombre de armas.
Marchó con el cuerpo de blandengues que la ciudad le cedió a Manuel Belgrano en la expedición que éste condujo al Paraguay en 1810 para llevar las conquistas de la Revolución de mayo a la provincia hermana.
Estanislao López sobresalió desde muy joven por su intrépido coraje y por sus dotes en estrategia militar. En marzo de 1816 triunfó una revolución local contra las fuerzas invasoras de Buenos Aires. Por su rol sobresaliente en este episodio fue nombrado Comandante de Armas de la Provincia y posteriormente asumió como Gobernador en 1818.
Bajo su conducción las fuerzas santafesinas organizadas en montonera fueron prácticamente imbatibles. Una tras otra fueron vencidas las expediciones punitivas que enviaron los sucesivos gobiernos unitarios de Buenos Aires (al mando de Viamonte, Díaz Vélez, Balcarce, Rondeau, Dorrego y Lavalle) y del interior (al mando de José María Paz) para sojuzgar el espíritu autonomista y federal de Santa Fe. De esta época proviene el calificativo de “Provincia Invencible”.
Por sus notables dotes para la guerra se convirtió en una figura temida y respetada por todos los caudillos y jefes militares de su época. Por su capacidad política y su pensamiento propio sobre los problemas que aquejaban al país (organización general del gobierno, defensa común, navegación de los ríos interiores, distribución de las rentas de la aduana, entre los más importantes), se erigió en una figura central de la política nacional.
Paladín del respeto irrestricto de la autonomía provincial contra los embates del unitarismo porteño, referente del federalismo del interior, siempre tuvo como norte el logro de la organización nacional bajo la forma republicana y federal, por lo que con justicia se lo apodó el “Patriarca de la Federación”.
En 1820, las fuerzas de Ramírez y de López se impusieron sobre las de la Provincia de Buenos Aires en virtud de lo cual se firma el Tratado del Pilar. Asimismo se firmaron en Santa Fe bajo su auspicio el Tratado del Cuadrilátero en 1822 y el Pacto Federal en 1831. También fue sede de la Representación Nacional entre 1828 y 1829.
Los tratados mencionados sostienen tanto el principio del federalismo como el de la nacionalidad común por lo que son los antecedentes institucionales
principales de nuestra Constitución Nacional de 1853. Así son reconocidos en su preámbulo bajo la expresión “… en cumplimiento de pactos preexistentes,…”
Cabe destacar que a tres años de la Declaración de Independencia en Tucumán, en el año 1819 bajo el impulso de López, Santa Fe se da su primera Constitución (“Estatuto”) que organizó los Poderes del Estado y reconoció los derechos de los habitantes. De claro espíritu progresista abolió la tortura, concedió la ciudadanía “a todo americano”, sostuvo el principio representativo, regló el gobierno, su forma de elección y facultades, entre otras disposiciones.
Asimismo emprendió una vasta obra de gobierno para asegurar el progreso y el desarrollo de la Provincia. Estableció juzgados de primera instancia en lo civil, comercial y criminal y jueces de paz seccionales. Sancionó leyes y decretos para fomentar el comercio y la industria. Promovió la educación y creó el Instituto Literario de San Jerónimo. Bajo su gobierno se estimuló el poblamiento de tierras sin cultivar, se reguló el arrendamiento de campos, se sancionaron normas para la moralidad y buen desempeño de la función pública, entre otras medidas de avanzada para su época.